Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología,
Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.
Llorar como un cacuy,
Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo,
Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.
Llorar de amor,
Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato,
de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
OLIVERIO GIRONDO
"Espantapájaros", 1ª Edición.
Ed. Proa, Buenos Aires, Argentina, 1932
Este poema en la película "El lado oscuro del corazón"
de Eliseo Subiela, con música de Osvaldo Montes:
4 comentarios:
"Llorar el insomnio"
Maldito Girondo... esto, en época de exámenes, me cala demasiado hondo.
Es uno de mis favoritos de Girondo. Gracias por compartirlo.
Girondo es mucho Girondo, quizás demasiado. Gracias por asomaros por acá.
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