MUSEO DE LA SOLEDAD


"El invierno unas veces arrastra periódicos por el suelo y otras llueve sin cesar sobre ellos diluyendo la tinta que acaba por los desagües o pegada a la suela de los zapatos mojados de atareados transeúntes. A Eladio no le gusta la palabra transeúnte porque le recuerda al jabón con olor a vieja de los centros de acogida, a patatas caldosas y psicólogos subnormales. Muchas veces, llevado por agentes de la policía local o por sus propios pasos que huían del frío casi sin consultarle, ha tenido que dormir en esa clase de antros; ha tenido que compartir su tabaco con tipos que le insultaban y esperar, en una jungla de ronquidos y calcetines sucios, a que amaneciera por fin y poder salir a la calle, humillado, con la raya del pelo bien hecha y un par de magdalenas en la mano."

CARLOS CASTÁN
Fragmento del cuento "Con sangre entra"
del libro "Museo de la soledad", Tropo Editores, Zaragoza, 2007


(No me canso nunca de releer con admiración los cuentos de Carlos Castán. Cada dos por tres me zambullo de cabeza en sus libros, en el maravilloso "Frio de vivir", en este "Museo de la soledad" o en el más reciente "El aire que me espía" que de tan sobados, anotados y paseados casi se desarman de puro trato. Muy probablemente este autor sea el mejor escritor de la generación nacida en los sesenta y todo sin alaracas de ninguna clase, escribiendo con honestidad la poesía de su prosa, lejos de mentideros e impostores literarios, de las camarillas de amiguetes que se devuelven favores. Quien lo ha leído sabe de lo que hablo. Qué bueno, como diría Argüedas, poder cualquier día estrechar la mano con la que escribe)

1 comentario:

Anónimo dijo...

La música de Castán no suena a refrito. Castán maneja el solfeo de su propia vida y consigue convertirlo en algo cercano, doloroso y real.
El mejor.