Llevó la silla
al extremo de la terraza.
Se sentó
abrió un pañuelo
grande de lino
se cubrió las rodillas
para que ni el sol
ni la luz
y estuvo esperando
todos los días del
verano.
JOÂO MIGUEL FERNANDES JORGE
"Verano del ochenta y tres", Calambur, Madrid, 2002
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